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El camino comunicativo, un caso práctico en la Residencia

11 de noviembre de 2025

Un caso práctico: el camino comunicativo de M. A.

Cuando M. A. llegó a la fundación, hablaba muy poco. Su forma de comunicarse se limitaba, sobre todo, a susurrar algunas palabras en momentos muy concretos. Esto hacía que la comunicación con los profesionales y con los compañeros fuera difícil y, a menudo, quedara en un segundo plano.

A partir de esta realidad, se inició un trabajo de acompañamiento para entender mejor cómo se comunicaba, qué necesitaba y cómo se le podía ofrecer un entorno más seguro y accesible desde el punto de vista comunicativo.

Entender antes de actuar

Las primeras semanas se dedicaron a observar, escuchar y respetar sus tiempos. A partir de este proceso, se detectó la presencia de mutismo selectivo. Para completar la mirada, se habló con la familia, con la voluntad de conocer mejor su trayectoria y encontrar posibles explicaciones a lo que le estaba ocurriendo.

Aunque no se identificaron causas claras, este paso fue importante para iniciar el trabajo con calma, sin prisas y situando la confianza y el vínculo en el centro.

Abrir nuevas vías de comunicación

De manera progresiva, se empezaron a introducir nuevas formas de comunicarse, siempre vinculadas a situaciones reales de su día a día. Se trabajó con vocabulario representado mediante pictogramas y, sobre todo, con mucho modelado: decir las frases previamente, mostrar cómo se pueden expresar las ideas y darle tiempo para que pudiera hacerlas suyas.

Con el tiempo, M. A. empezó a recordar expresiones que ya habíamos trabajado y a repetirlas en otros momentos. Esto mostraba que no solo escuchaba, sino que estaba aprendiendo.

También se le facilitó una libreta de comunicación, que todavía está descubriendo y aprendiendo a utilizar, pero que ya forma parte de su día a día como un apoyo más.

Pequeños grandes cambios

Poco a poco, han ido apareciendo cambios muy significativos. Hoy en día, M. A. puede mantener pequeñas conversaciones, especialmente cuando alguien le ofrece un modelo previo. Empieza a mostrar ganas de comunicarse, acepta que los demás se dirijan a él y, lejos de rechazarlo, lo vive como una oportunidad de relación.



En actividades de grupo, también ha empezado a integrarse con los compañeros, aunque todavía le cuesta y necesita apoyo. Lo más importante es que ya no evita la comunicación, sino que cada vez se acerca a ella con mayor seguridad.

En todo este proceso, el vínculo de confianza creado ha sido clave para avanzar, permitiéndole sentirse escuchado, respetado y acompañado.

Mirando hacia adelante

El camino comunicativo de M. A. continúa. Los próximos pasos pasan por seguir reforzando los apoyos que ya utiliza, ampliar poco a poco el vocabulario y continuar ofreciéndole modelos que le ayuden a expresarse con mayor autonomía.

Este caso muestra cómo, con tiempo, respeto y las herramientas adecuadas, la comunicación puede abrir puertas y transformar la manera en que una persona se relaciona con su entorno.

Helena Ibern

Logopeda

N.º de colegiada: 08-4477

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