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Como afrontar la muerte y el luto de una persona querida durante el confinamiento

15 de abril de 2020

La situación actual de confinamiento y de pandemia nos obliga a adaptarnos continuamente a los cambios que van surgiendo por el estado de alerta. Hemos tenido que cambiar nuestras rutinas diarias, la manera de relacionarnos, de pensar, de sentir…

Afortunadamente, enfocamos de manera natural nuestros pensamientos a todo aquello asociado a la vida: qué tenemos que hacer para adecuarnos a esta nueva situación, cuanto tenemos que esperar para volver a vernos, cuando podremos volver a salir a la calle, qué afectación tendrá esta crisis en nuestro futuro…

Pero, ¿qué nos pasa cuando pensamos o recibimos una mala noticia? La muerte continúa siendo un tema cultural y socialmente tabú, y que preferimos ni pensar puesto que el dolor que supone nos asusta, y más en estos momentos que es difícil hacer un acompañamiento y un despido tradicional o como nos gustaría.

En el momento actual están muriendo muchas personas por la Covid-19; las noticias nos informan diariamente a través de un número (y que esperamos que cada día vaya a menos). También muere gente por causas naturales, personas que ya estaban en curas paliativas, pero desgraciadamente, debido a la situación de alerta en la que nos encontramos, todos los afectados y familiares de personas enfermas tenemos que cambiar la manera de despedirnos en estos últimos momentos.

Antes de continuar, si estás leyendo este escrito y has sufrido alguna pérdida, desde la FVO os queremos dar nuestro pésame y transmitir que lo sentimos mucho. Y esperamos que estas líneas os puedan ayudar en el luto y a no sentiros sólo en este proceso tan doloroso.

Cuando pierdes una persona estimada necesitas compartirlo, necesitas estar acompañado y ser sostenido por la gente que te rodea , ya sea a través de abrazos, miradas, silencios de respeto… Las muestras de afecto nos hace sentir que no estamos sólo ante el dolor. Cuando pierdes alguien que aprecias mucho la presencia del otro y su compañía. El apoyo emocional es muy importante en los primeros momentos y es una de las bases que favorecerá un adecuado proceso de luto. Aún así, no hay que perder de vista la relevancia de la individualidad, la propia personalidad, la capacidad de superación y de afrontar que cada cual de nosotros tenemos y que nos hará más o menos capaces de aceptar la pérdida.

Actualmente pero, estos primeros actos de acompañamiento no se pueden realizar con la libertad física que se podían hacer hasta ahora.

Y así pues: ¿Cómo afrontamos el despedirnos de una persona estimada? ¿Cómo podemos afrontar el luto sin poder hacer una despedida como esperábamos? ¿Cómo lo explicamos a la familia, hijos, amigos…?

Una vez más, los psicólogos expertos en el tema se han puesto en marcha y ofrecen a la población diferentes guías y estrategias para estos duros momentos. Desde el Colegio Oficial de Psicólogos han redactado una Guía de Recomendaciones para afrontar la muerto de una persona estimada durante el confinamiento por la epidemia de Covid-19) que se puede consultar en suya web y se ponen en disposición de quien lo necesite (www.copc.cat).

 

RECOMANDACIONES GENERALES

 

  1. SI EL FAMILIAR ESTÁ INGRESADO
  • Aunque no se pueda estar a su lado, nos podemos acercar a través del uso de las tecnologias. Podemos realizar llamadas y existen hospitales que ofrecen la opción de hacer videollamada y así tener contacto visual y podernos despedir de la manera más próxima posible.
  • Cuando hables con la persona querida dile todo aquello que quieres hacerle llegar. Actua tal y como lo harías en persona. Si necesitas darle la mano, díselo; la palabra también nos puede acercar mucho.
  • Le puedes pedir a la persona como le gustaría passar els seus últims moments, si li agradaria parlar amb algú en concret; li agradaria acomiadar-se.
  • No es el momento de dar consejos. Es el momento de hablar sobre qué se puede hacer ahora, no que se podrá hacer o se debería haber hecho. Aumenta las afirmaciones positivas y minimiza las negativas.
  • Respeta el silencio. Seguro que la persona enferma tiene momentos que no quiere hablar y hay que respetarlos. El silencio puede ser muy comunicativo y facilita que la persona esté tranquila y reposando.
  • La persona enferma puede mostrar rabia en algunos momentos. Necesita descargarse emocionalmente y puede enfocar esta rabia hacia las personas que lo rodeen (cuidadores, familiares…). Tenemos que mantener la calma ante el enfermo.
  • Si la persona es religiosa, en general, los hospitales tienen acceso a voluntarios religiosos. Pide si es posible recibir una visita, y si no lo es, haz uso de recursos existentes de lecturas, oraciones… vosotros mismos le podéis leer y hacer que escuche palabras reconfortantes.
  • Infórmate con los profesionales sanitarios del proceso real que vivirá la persona, y una vez ya no esté qué pasos se seguirán.
  1. COMUNICAR LA MUERTE
  • Si eres una de las personas cercanas a quien acaba de morir, puedes avisar a todo el mundo por teléfono, escribir unas palabras o elegir una imagen y enviarlas por e-mail, redes sociales… hay diferentes maneras de hacer llegar la noticia, elige la que te haga sentir mejor.
  • Si eres una persona más cercana a los familiares o amigos, en cuanto te llegue la noticia puedes llamar o también hacer llegar el pésame a través de mensajes. En la distancia también podemos estar presentes.
  • Puedes convocar a las personas que consideres a hacer una ceremonia una vez todo haya pasado.
  1. LA DESPEDIDA
  • Si la causa de la muerte no ha sido la COVID-19, algunos tanatorios permiten pequeñas ceremonias. Si ha sido el motivo, os informarán de las normativas y medidas de protección que hay que tomar. Actualmente, a pesar de que va variando, se dispondrá de poco tiempo y sólo podrán asistir las personas más cercanas.
  • Puedes sentir frustración por no poder ofrecer a la persona estimada un entierro tradicional, pero se tienen que buscar alternativas. Que la frustración no te bloquee. Hay funerarias que ofrecen el servicio de apoyo psicológico; infórmate.
  • Se puede realizar una ceremonia pequeña en casa, tú solo/a o con las personas que estáis. Fijáis un día y hora y utilizáis todo aquello que os haga falta: fotografías, velas, lecturas…
  • Existe la posibilidad de que las otras personas puedan seguir la ceremonia en directo a través del teléfono, videollamadas…
  • Cuando acabe el confinamiento  habrá la opción de hacer la ceremonia que la persona merecía, aunque sea meses más tarde.
  1. EL LUTO
  • El hecho de no poder hacer una despedida como un se esperaba o un funeral más tradicional puede dificultar el inicio y la elaboración del luto. Pero aún así hay que hacer ese luto, es inevitable. Por lo tanto, primeramente, déjate sentir.
  • Habla cuando lo necesites. Saca lo que sientes, no te lo calles. Saca la pena. Habla con quien tengas al lado en casa, y si no pueden porque también está de luto, llama a quien te pueda ayudar.
  • Cada una de las personas vive el luto a su manera. Acepta cada una de ellas. Hay gente que llorará mucho, otra que nada, otra que pasados unos días. No juzgues la manera de pensar y expresar de los demás.
  • Habla con naturalidad del tema, expresa sentimientos y emociones. Es momento para hablar con quien creas sobre la muerte, el dolor, la ausencia, la angustia, la añoranza…
  • Acompáñate de las personas con quienes compartís más la pérdida. Estad juntos física o telemáticamente. Apoyaos.
  • Haz uso de herramientas terapéuticas como puede ser la narrativa. Escribe, haz cartas, poemas o puedes iniciar un diario donde escribir como te sientes cada día. Si no te sientes de capaz de escribir, dibuja.
  • Puedes crear un rincón del recuerdo a casa. Elige un lugar tranquilo, pon fotografías de la persona u objetos que la simbolicen, y haz uso de este espacio para hablarle, para explicarle cómo te sientes, experiencias compartidas, para rezar… También puedes hacer una caja de recuerdos y que la familia  participe poniendo objetos adentro. No olvidéis hacer partícipes a toda la familia, hijos, personas con discapacidad intelectual…
  • Recuerda que hay profesionales especializados en el luto y que te pueden ayudar por vía telefónica. Pide ayuda si tienes pensamientos intrusivos sobre la muerte, culpabilidad, bloqueo… o si pasan los meses y no puedes hablar o te surgen dificultades en tu día a día que antes no tenías.
  1. NIÑ@S, ADOLESCENTES Y PERSONAS CON NECESIDADES ESPECIALES
  • Tienen que ser las personas más cercanas y de mayor vínculo (padres, abuelos…) quién comuniquen la pérdida. Mejor hacerlo lo más bien posible y en un entorno tranquilo y privado, con un tono de voz calmado y atendiendo a la necesidad de contacto físico.
  • Explicad la verdad. No utilizéis eufemismos por la palabra difunto, puesto que si decimos «ha marchado», «nos ha dejado»… puede dar lugar a falsas expectativas de regreso.
  • Hacer uso de un lenguaje sencillo y apropiado para la edad y características de la persona.
  • Nunca mentir. Si no sabes qué responder, lo puedes decir claramente.
  • Deja muy claro que no es culpa suya. Los niñ@s pueden sentirlo así.
  • Da la oportunidad a la persona de hablar de la persona que ha muerto. Ayúdala a poner palabras a sus emociones. Podéis llorar juntos. No tienes que esconder tu dolor y le enseñarás que los demás también somos vulnerables y tenemos que compartir la tristeza.
  • Si te preguntan si ha sido por la COVID-19 hay que decirle la verdad, pero también explicarle que hay muchas personas que se curan. Así evitamos posibles angustias si alguien otro de la familia se infecta.
  • Explícale la ceremonia que haréis en estos momentos y que si lo desea puede participar. Puede hacer algún detalle para la persona que ha muerto (un dibujo, una carta…).
  • Haz que recuerde los buenos momentos que vivió con esta persona y explícale que siempre serán suyos, que los podrá mantener por siempre jamás. Puede hacer dibujos o escritos para que exprese lo que siente.
  • Hazle saber que estás a su lado para resolver dudas y/o preocupaciones que le surjan.
  • A lo largo de los días pueden surgir cambios de comportamiento y del estado de ánimo: irritabilidad, falta de interés por cosas que antes le gustaban, reclamo de mayor atención, pesadillas, insomnio, miedos… es el luto.
  1. CÓMO PODEMOS ACOMPAÑAR Y DAR APOYO A LA FAMILIA

Puede ser que te sientas triste, enfadad@, impotente por no poder estar presente en este momento. Son sentimientos normales ante la situación actual, pero es importante que puedas trasmitir tu pésame.

  • Cuando hables con la persona en luto, procura escuchar más que hablar. Se tiene que dejar espacio para qué la persona exprese lo que necesita.
  • Evita «animar» diciendo: «no llores», «no te enfades», «tienes que ser fuerte», «tienes un hijo o hija que te llena la vida», «es ley de vida», «es lo mejor que podía pasar»… Olvídate porqué no ayudan y no se tiene que minimizar el dolor.
  • Estate presente para compartir los momentos difíciles y distraer cuando haga falta.
  • Toma la iniciativa en llamadas y mantenlas a lo largo de los meses.
  • No digas al otro qué tiene que hacer.
  • Pregúntale qué necesita.
  • Cultiva los recuerdos positivos vividos junto a la persona que ha muerto.
  • Intenta movilizar recursos comunitarios, como una red de vecinos, amig@s… el apoyo social es importante.
  • No olvidar la posibilidad de apoyo profesional si se necesita.
  1. PROFESIONALES QUE HAN CUIDADO A LA PERSONA
  • A pesar de que los profesionales pueden estar más o menos acostumbrados a la muerte de otras personas, la situación actual también es excepcional para ellos. Puede ser que en determinados momentos necesites un espacio para asimilar determinadas vivencias. Si lo necesitas, para de trabajar un momento. No eres ninguna máquina.
  • Comparte tus sensaciones y emociones con l@s compañer@s de trabajo, amig@s… No te lo quedes todo para ti.
  • También puedes llamar a los teléfonos que han ofrecido los diferentes colectivos para ayuda psicológica.

«A pesar de haber perdido (temporalmente) nuestro derecho a desplazarnos, mantenemos intactas nuestras capacidades sociales, emocionales y espirituales. Aprovechémoslas. Sintámoslas.» Mensaje de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Psicología de Catalunya.

 

Olga Mayordomo López
Psicóloga Centro Ocupacional FVO
Psicóloga col. nº 14.437